Hace unos días un conocido me
pregunto si el hacer un blog como Pincel y Masilla era para demostrar algo a
alguien o para hacerme conocer. Y tuve que decirle que no, y que no, que lo
hago para que otros maquetistas puedan aprender, como poco lo que yo sé.
Me explico.
El motivo de crear el blog de
Pincel y Masilla es una condición de hartura. Y con ello tengo que empezar a
explicar como los aficionados a maquetismo empezábamos en nuestros andares a
finales de los ’70.
Yo empecé en este hobby por
accidente sobre 1976, con 12 añitos, cuando un familiar me trajo un juguete de
Andorra, un coche militar de una casa con letras raras que su logo eran dos
estrellas blancas sobre fondo rojo y azul. Mi sorpresa, y de quien me lo
regaló, es que era un juguete “desmontado” y tenía que montarlo pieza a pieza.
Este cochecito no era otra cosa que el Jeep SAS del 8º ejército de Tamiya.
Al poco tiempo pasé del simple
montaje al montaje con pintado. Como no había información de nada, empecé
pintando lo que caía en mis manos con temperas. Os podéis imaginar como
terminaban las maquetas, pero para un niño de 12 ó 13 años, seguía siendo un
universo nuevo y lleno de posibilidades.
Las maquetas que yo montaba y
pintaba las comparaba con los juguetes comprados ya pintados, por lo que el acabado
era muy inferior con mucha diferencia, pero no sólo por la casi nula habilidad
de pintar, sino por el acabado de las pinturas en sí. Investigando descubrí las
dos tiendas “básicas” y más antiguas de Barcelona en maquetismo, mis tiendas
favoritas de ”golosinas”, Casa Pacheco (en la Rambla de los Pajaritos, delante
de los entonces Almacenes Sepu y que posteriormente se convirtió en Speedy
Pacheco en Ronda Universidad, hoy desaparecida) y Casa Palau (en calle Pelayo
en aquella época). Allí es donde ya empecé a fabricar mentalmente la creación
del Blog de Pincel y Masilla. Digo “mentalmente” porque la información que
daban en las tiendas era escasa y, a veces, errónea, respecto a las técnicas a
utilizar, por lo que siempre me decía mentalmente “si pudiese, yo le contaba a
todo el mundo como hacerlo”. Lo único que conseguí cambiar, a parte del tipo de
maquetas, que pasé de los aviones de 1/72 a los vehículos 1/35, fue tener
pinturas en condiciones, como los enamel (esmaltes) de Humbrol. Y de los
pinceles sintéticos de acuarelas a los semisintéticos o los de pelo de caballo
o camello o de rabo de toro (o del animal que fuese en aquella época).
Pasados un 3 ó 4 años y habiendo
montado ya muchos “cochecitos” y “avioncitos”, quise pasar del simple montaje a
algo con más cara y ojos. En aquella época descubrí una nueva tienda ubicada en
Gran de Gracia, que junto con Palau, tenían unas vitrinas con dioramas de
maquetas a 1/35. Aunque en esta tienda de Gracia me explicaban “un muy poco”
como hacer maquetas, en Palau era un sin sabor, ya que mientras que en la
primera se veía que el dueño d la tienda sabia de maquetismo, en la segunda, en
Palau, los dependientes no sabían ni para que servía un simple barniz.
Cada vez que me encontraba con
un maquetista, me encontraba con el mismo rechazo a que explicasen como se
hacían ciertas técnicas o como se modificaba una maqueta o con que material
podía construir lo que se necesitara para hacer un diorama. Era un secreto
mayor que los de Hermes. Un hermetismo absoluto. Secretos arcanos, como poco. Y
de nuevo volvía a afianzarme en crear lo que años más tarde sería Pincel y
Masilla: “si pudiese, yo le contaba a todo el mundo como hacerlo”.
De esta época y más con ingenio
e imaginación que con conocimiento de cómo hacerlo, son dioramas como el Pak-36
y algún otro que han acabado sin información gráfica (mejor que no).
Afortunadamente, en 1981 apareció
el libro “Manual de Modelismo”, una auténtica biblia para todo aficionado que
quiera empezar. Diría que uno de los primeros en venderse en Barcelona, fue el
que tengo yo. Actualmente se puede encontrar la octava o novena edición, pero
exactamente igual que la primera. Gracias a este libro aprendí como hacer
muchas cosas que no sabía como hacerlas, las herramientas y materiales para
hacerlo y la posibilidad infinita de, con estos conocimientos básicos, poder
hacer más cosas. Y pensé “si pudiese, yo le contaba a todo el mundo como
hacerlo igual que lo hace este libro”.
Y después de tener este libro,
llegaron más miniaturas, pero la calidad me cambió de la noche a la mañana, después
de leer el libro. Como por ejemplo, mi tercer Jeep SAS
Un Zis-3 de 76mm capturado por
los alemanes, con sus modificaciones. Por cierto, el muro es de porex expandido, pero en
la época explicaban que debía ser de yeso y trabajarlo. Improvisación e
imaginación.
Un flak 38 alemán en un pequeño
pozo. En él descubrí que poner el terreno con porex expandido (el blanco de
bolitas), no se puede poner con cola de contacto, pero me sirvió para hacer el
agujero del pozo del antiaéreo, ya que se “comía”, quemaba, el porex y dejaba
más o menos redondeados los bordes.
O un intento de diorama con árbol,
que no llegó a más que esto, por la problemática de no saber donde conseguir
material.
Todo a base de pruebas, fallos y
aciertos. Actualmente uno de mis mejores proveedores de materiales son las
montañas de la sierra de Collserola, que casi rodean Barcelona; ramas, piedras,
arenas,…
Poco tiempo después empezaron a
llegar revistas en castellano de calidad sobre maquetismo. Modelismo &
historia es un referente obligado en la historia del maquetismo español. Un
antes y un después en este arte. Esta revista empezó bimensualmente a partir de
1982, al poco de salir el libo de “Manual de Maquetismo”, algo que muchos como
yo agradecimos, en la que se explicaba “algo más” como hacer ciertas cosas. En
el 84 apareció otro referente, y esta vez el que me afianzo en crear, cuando la
tecnología estuvo a nuestro alcance, de hacer Pincel Y Masilla. Esta revista
coleccionable fue “Modelismo paso a paso”, en el que explicaba con todo lujo de
detalles e imágenes el como hacer y mejorar maquetas, desde el simple montaje,
a nivel muy básico, hasta el superdetallado de nivel muy avanzado, paso a paso,
foto a foto.
En 1994, y ya con muchas de
estas revistas que aparecían y desaparecían, apareció una de las que todavía podemos
encontrar en el mercado, “Todo modelismo”, que posteriormente se le cambio el
nombre por el actual “Euro Modelismo”, que iba a la saga de los dos anteriores,
ya que explicaba un poco la historia de la pieza a crear y, en muchos casos, el
paso a paso para hacerlo.
Entre tanto sale al mercado español
la revista-catálogo White Dwarf en 1993. Esta revista al principio ha ayudado
mucho en el mundillo del maquetismo, ya que ha introducido al wargame de miniaturas
a mucha gente, enseñando a pintar de forma muy básica miniaturas y a hacer
escenografía muy básica también. Algunos de esta gente posteriormente han
derivado hacia el maquetismo más serio, al maquetismo estático, y a un nivel muy
alto en el pintado de miniaturas, tanto a nivel de concursos nacionales como
internacionales. Digo que al principio ha ayudado mucho, hasta que apareció
gente con ansias de destacar, de hacer ver que son grandes maquetistas,
haciendo creer al neonato que las técnicas de años, las habían inventado ellos
y etc, etc, etc… Debemos reconocer que pocos de ellos saben realmente pintar
bien y en casos más raros, más pocos todavía saben hacerlo muy bien; el resto han
desprestigiado en muchos casos este arte que es el maquetismo y, más
concretamente, la parte plástica del wargame. Hay gente que se olvida que es
una revista-catálogo hecha exclusivamente para vender sus miniaturas y nada
más, por lo que todo lo que enseñan en ellas es del nivel que al fabricante le
interesa para que los chavales que no tienen ni idea de pintar miniaturas ni de
hacer manualidades, puedan hacer lo que sea. Y eso es de agradecer. Todo lo
demás, se lo dejo a los Fanboys.
Mientras tanto, mi historia
personal en el maquetismo pasar en el 83 por la Escola Massana de diseño y
bellas artes, en la que además de la teoría del color (indispensable en este
hobby), me enseñan a planificar mis maquetas mediante bocetos, cosa que aun hoy
sigo haciendo actualmente. Yo diseño en mi imaginación lo que deseo hacer, lo
plasmo lo más fielmente posible en dibujo y muy raras veces se diferencia el
resultado final de los bocetos.
Allí descubro los acrílicos y en
especial de las marcas Vallejo y Americana. Muy posteriormente, otras marcas
como miniature Paintsy Citadel. Y detrás han llegado otras que se han conseguido su hueco, como AK, y otras que han pasado sin pena ni
gloria.
A partir de ahí, llega la
tecnología, y en el año 2010 por fin pongo en marcha el proyecto que desde 1976
quería poner en marcha, lo que hoy es el Blog de Pincel y Masilla.
En él he intentado enseñar todo tipo
de técnicas, tanto nuevas como antiguas.
También indicar que gracias a
juegos como Warhammer, en la que el número de aficionados ha crecido exponencial,
aparecen muchos materiales en todo tipo de tiendas, que de otra forma es difícil
de encontrar y casi exclusivamente en tiendas de maquetismo ferroviario, por lo
que se enriquecen las posibilidades de poder hacer más maquetismo de calidad. En
muchos casos, desgraciadamente no en todos, el material que aparece es de alta calidad, en especial vegetación sintética, como Nine y Woodland y Mini
Natur, entre muchos.
En otros, como Vallejo, han creado “auxiliares”
que se ganan su peso en oro, y no demasiado caros, como los efectos agua.
O fabricantes que venden moldes,
para poder hacer construcciones para wargames de 28mm, como Hirst Arts.
Posteriormente y con el andar de
los años, desde finales de los ’90 han ido apareciendo diferentes fabricantes,
en especial de pinturas y efectos, que nos solventan la vida a los maquetistas
mucho, ya que nos permite comprar por un precio relativamente económico, sus
productos que de otra forma tenemos que crear nosotros, con el consiguiente
gasto de tiempo (que muchas veces no tenemos) y con la imposibilidad de poder
reproducirlo exactamente igual, pasados unos días. Entre otros podemos encontrar a Mig producciones, AK INTERACTIVE y Ammo, como los más destacados. A Acrylics Vallejo, no los he nombrado,
ya que llevan muchos más años, creando constantemente nuevos productos en base a pinturas
acrílicas.
En resumen. Como me dijo un profesor
que tuve hace años “los profesionales mediocres no les gusta que aparezcan
buenos aprendices, ya que en poco tiempo pueden convertirse en maestros, y eso
les asusta”. Pues eso, he creado Pincel y Masilla debido a la gran dificultad
de que los "veteranos" que conocían técnicas no nos contasen sus conocimientos, algo absurdo
desde mi punto de vista (a menos de que teman ser "destronados" por advenedizos recién llegados).
Y porque no tengo miedo a que aparezca gente mejor en
estas artes que yo, sino que me alegra mucho que así sea.
Saludos.
Salva Rosselló
Un artículo estupendo, Salvador. Que cierto es lo difícil que ha sido siempre encontrar quién te explique cómo aplicar y mejorar técnicas. Y lo que dices de aprender a base del método de ensayo y error... Lo dicho. Un gran artículo, un gran blog y una gran persona. Saludos.
ResponderEliminarGracias Salvador, por tus palabras, y a ver si volvemos a quedar en otra tarde de pintado.
EliminarGracias Salvador por compartir con los que empezamos tus conocimientos y tu experiencia. Un blog estupendo que seguiré muy de cerca.
ResponderEliminarGracias Enric y bienvenido al blog.
EliminarMuy interesante tu artículo. Destaco tanto el espíritu de generosidad con los conocimientos del oficio, como la perspectiva más abierta en relación al hobby, maquetismo, wargames. Aunque hoy hay muchas más personas con ganas de contar sus experiencias, en buena medida gracias a internet que ha facilitado muchas herramientas, creo que sigue faltando una mirada más amplia que recorra los distintos aspectos -muchos están ensimismados o muy entusiasmados con una única cosa y dejan de lado el resto- y eso sí está aquí. Voy a seguir leyendo tu blog. Muchas gracias.
ResponderEliminarGracias Ernesto por ofrecer tu comentario y bienvenido al blog.
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