En esta
ocasión explicaré como he hecho la peana del mortero, con nieve todavía sin
derretir.
Como
siempre, empezaremos con todos los componentes frente a mí, para poder
imaginarme la posible escena, la viñeta de este conjunto.
Decido la
disposición de las miniaturas, y en mi mente ya surge el tipo de material a
usar y me lo imagino con nieve alrededor del conjunto.
Lo primero
que hago es ver que masillas tengo y las
que hay en el mercado, por lo que decido volver con las pastas acrílicas de
masilla, y busco una que tenga una muy buena textura, siendo una muy buena
elección la de Piedra Pómez Gruesa. Es de color grisácea y una textura que
promete poder hacer luces una vez seca.
La masilla,
como ya viene siendo habitual en mí, la expando con paleta sobre la peana.
Para esta
ocasión, la dejo bien repartida por toda la peana.
Como se
puede ver, este tipo de masilla es mucho más agradecida que otras que he
utilizado anteriormente, ya que por poco cuidado que tengamos, no nos deja
demasiadas huellas de la paleta con la que la hemos extendido.
Esta parte
del proceso lo podremos hacer cuando las miniaturas a colocar estén pintadas,
ya que se deben integrar entre la masilla.
Cuando
pongamos las miniaturas y las integremos en la base, se tiene que tener en
cuenta como se ha diseñado la pena. Este diseño bien puede haber sido
mentalmente, como dibujado en una hoja aparte. Deben entrar, más elementos,
como será en mi caso.
Ahora le
toca el turno al pintado de la peana.
Por si
alguien se lo pregunta porque el bote y la etiqueta son diferentes a los
actuales, el bote tiene más de 15 años. Y la pintura está todavía perfecta.
Ahora le
toca el turno a un tono ocre verdoso, como ya viene siendo habitual en mí, para
cuando estoy representando este tipo de terreno del norte de Europa. Por ello
vuelvo a usar el Amarillo Camuflaje (Model Color 978).
Este lo
aplico con un pincel semi seco, algo escaso de pintura (o un pincel seco muy
lleno de la misma, llámenle como quieran).
Ahora aplico
el primer pincel seco, con otro color que le da el punto de tono tierra seca,
el Carne Mate (Model Color 955).
Y encima,
cuando esté se ha secado bien, un pincel muy seco de Amarillo Caqui (Model
Color 976), para darle el punto final de iluminación.
Hace poco
recordé que antiguamente aplicaba con oleos un pincel extremadamente seco con
el doble o triple de pasadas que las que hago actualmente, pero con Amarillo
Cadmio. Era “la moda”. Pero esta moda la dejé pronto y el Beige, el Amarillo
Pálido o el Amarillo Desierto de Humbrol, fueron los más adecuados para mí en esa
época. Actualmente sigo usando un tono parecido al el beige y me sigue
pareciendo muy real.
Una vez seca
esta última luz, empiezo a añadir elementos, como por ejemplo un arbusto seco,
que empieza a “renacer” y un tronco caído de árbol.
Para el
arbusto, ya explique en un artículo anterior como hacerlo. Para el tronco de
árbol, lo mejor no es usar “troncos” de las flores de mamá. Me parece que ya lo
he comentado en más de una ocasión, pero gastar una mañana de domingo (o de
sábado) para pasear por la montaña, con una bolsa de plástico en las manos (o
varias, si no queremos mezclar), e ir recolectando un poco de todo: piedras
pequeñas, piedras grandes, arenas gravilla, ramas de árboles de diferente tipo,
que después se pueden convertir en troncos de árboles,…
Ventaja de
las ramas de los árboles. Muchas veces no se necesita ni pintar, sólo a veces
dar algún retoque y nada más. En este caso, es color natural, ya que tanto el
color de la corteza, como de la madera astillada por ambos lados, me ha
parecido muy adecuada.
Ya tenemos
terminada la viñeta, en sus componentes más grandes ya colocados.
Ahora le
toca el turno al marcado de donde pondremos la nieve, que lo haré antes repartir el resto de vegetación, que
considero tiene que aparecer entre la nieve o allí donde ha desaparecido esta.
Primero
“mancharemos” las zonas de nieve con blanco denso. En otra ocasión ya lo hice,
pero aquí debe ser mucho más marcado, y de nuevo utilizo el Blanco de Titanio de
La Americana, ya que es lo suficientemente densa y opaca para hacer este
trabajo.
Dando este
resultado.
Un detalle
del tronco caído lleno de nieve.
Al ser
pintura y no efecto nieve, la sensación inicial es que queda “pintado” el suelo de la
viñeta. Pero es lo que es y tiene que ser.
Detalle del
arbusto con la pintura blanca.
Ahora le
toca el turno a la vegetación, que colocaré la misma indicada en las últimas
peanas: Microflock, hierba quemada y paja, ambas en electroestática. Eso sí,
cuidando de no cubrir las zonas pintadas de blanco.
Y después,
un tanto escaso, la hierba color pradera, de 6mm de largo.
También
añado la vegetación en manojo de color blanco escarcha, pero esta la coloco
sólo sobre las zonas pintadas de blanco.
Con el
efecto nieve de Nine, quiero poner las “crestas” de las zonas nevadas, como si
fuese nieve virgen.
Dando esta
sensación visual.
Y por
último, el efecto nieve, con la Espuma y Nieve Artificial (Textures 28.231
Vallejo)
Que nos
servirá para rematar el efecto de nieve virgen.
Recordad. El
efecto nieve de Vallejo, dando pinceladas suaves sobre la hierba
electroestática, ofrece un efecto de realismo de nevado, incomparable. Si
intentamos cubrir completamente la hierba, quedará una sensación artificial. La
hierba en la naturaleza se abre paso sobre todo cuando no hay casi nada de
nieve, pero las heladas nocturnas o las pequeñas nevadas matineras, cubren la hierba
con una muy fina capa, que no consigue quitársela de encima hasta bien entrada
la mañana de un buen día de sol.
Y el
conjunto se ve así.
Espero que también
os haya gustado este trabajo.
Saludos.
Salva
Rosselló
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