Hace
tiempo, muuucho tiempo, que cada vez que juego una partida de rol, en especial
de temática medieval fantástica, nos encontramos, el resto de jugadores y yo,
que cuando estamos por la noche, habiendo hecho un campamento y una hoguera,
está se represente, normalmente, por el dado de 4 caras (D4).
Hace
poco recordé que tenía una pieza que, en su momento, no le encontraba utilidad
alguna, ya que fue un “regalo” de GW para un torneo que realice, en la época
que GW regalaba material para ayudar a montar los torneos y jornadas en las que
sus juegos estaban presentes.
Esta
pieza es una hoguera que salía en una de las cajas básicas de El Señor de los
Anillos, en su primera edición. Y esta es la pieza.
Como
digo, en un principio pensé que era una pieza sumamente inútil, ya que no la he
visto nunca en un tablero de juego, ni tan sólo como escenografía para ambientar partidas de
ESDLA.
Hace
una semana, buscando una caja de selva de Catachán, encontré piezas “perdidas”,
como las esquinas en ruinas de WH40K de 3ª edición, o las estatuas de monjes de
la misma caja de ESDLA, y como no, un par de hogueras en cuestión.
Decidido
a pintarla para las partidas de rol que se realizaran en el club sobre esta
temática, la de hacer un campamento nocturno, se entiende, la puse encima de la
mesa de trabajo, a la espera de terminar otras piezas que en perspectiva de la
Strategic Land VII, tenían más urgencia.
Pero
hace un par de días, un compañero cedió para el club, escenografía que
compramos hace tiempo, él y yo, a la ya extinta tienda de juegos Kairos. La
sorpresa fue que entre todo el material entregado había esta pieza ya pintada,
pero a falta de ciertos retoques mínimos.
Entre las piezas con falta de “retoques mínimos”, estába la hoguera, pero pintada como si se acabara de
poner la madera antes de encenderla y de los 6 troncos que lleva la
pieza, sólo habían pintadas 3 y las otras tratadas como si fuesen las piedras
de alrededor de la fogata.
Para
poder darle más un toque como si la hoguera estuviese encendida, pero en ese
punto en el que están las brasas y una tenue llama, ofreciendo un calorcito
perfecto y con la llamas en su punto para cocinar casi prácticamente cualquier
cosas (los que habéis estado de acampada en montaña y habéis cocinado con un
fuego hecho de esta guisa, sabéis de lo que hablo), decidí utilizar unas pinturas muy poco habituales en Wargames. O mejor dicho, que muy pocos pintores de miniatura utilizan, bien
por desconocimiento de su existencia, bien porque han leído en algún sitio que
estas pinturas nunca se deben usar (yo lo he leído en ciertas revistas de
miniaturismo, en algún que otro blog y en bastantes foros de juegos de
miniaturas, dicho por gente que llevan poco tiempo pintando miniaturas, aunque con
gran traza y buen resultado pero poco tiempo haciéndolo). Estas pinturas son
las denominadas “Fluo” (que viene del efecto y sensación Fluorescente de dan);
más concretamente los que tiene la marca Vallejo, en su gama Acrylic Studio, en
botes de 200ml. (que es una gama que utilizo mucho para usar colores sienas y
sombras, para terrenos de las escenografías). Y para esta ocasión usaré los
colores Limón Fluo nº 930 (Amarillo), Rojo Flou nº 933 (Naranja) y Magenta Fluo
(Magenta, que realmente este color se llama así, no es leyenda urbana).
Para pintar los troncos y que se pareciesen a los pintados en su día por Kairós, hace 10 años, utilice un Color Chocolate de la gama La Americana.
Para pintar los troncos y que se pareciesen a los pintados en su día por Kairós, hace 10 años, utilice un Color Chocolate de la gama La Americana.
Una vez
solventado el problemilla de la escasez de troncos, pase a pintar el fuego.
Primero di unas manchas de Gris Negro de Vallejo nº 70862, ya que no quería
darle un negro absoluto a la madera quemada. Acto seguido, apliqué el color
Magenta Fluo desde la parte de los troncos que estaban más en contacto con el
suelo, subiendo hasta más o menos la mitad de las machas oscuras realizadas.
Cuando secó esta pintura, apliqué el Rojo Fluo desde la mitad del ya aplicado
Magenta, hasta casi al final del color oscuro, aunque deje una pequeña franja,
para imitar la zona en la que suele retraerse un poco el fuego, de forma
intermitente, mientras consume el tronco. Y al final, entre el Gris negro que
quedaba y el Rojo Fluo que he puesto en última instancia, le daré puntitas de
Limón Fluo, imitando la llama viva de las brasas. Al final, con un gris medio,
le daré unos toques en el borde del gris negro y el color madera, así como
algunos más por entre medio de todo lo pintado, a imitación de la ceniza joven
de las brasas cuando queman.
Espero
que este retoque os haya gustado, y que os haya hecho ver para que más puedan
servir los colores Fluo, además que para trabajos manuales infantiles, o para
trabajos de diseño profesional.
Saludos.
Salva.
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