Hace meses comenté, con la
presentación de la habitación del bebé, que la habitación de los niños se había
separado, porque lo que era el cuarto de costura se traspasó a una tienda, una
mercería, que es ene momento estaba terminando mi mujer. Actualmente, ya está
terminada y también ha terminado una tetería, que realizó en 2 ó 3 tardes.
Pero no enseñamos como había quedado la
habitación de la niña. Y eso es lo que toca ahora.
Ahora toda la parte superior de
la casa queda de esta forma.
Ahora está todo en dos
habitaciones, por lo que queda amplio y claro, mientras que antes de esta
última remodelación, lo que es ahora la habitación de la niña estaba de esta
forma,
Con la cuna del bebé y la cama
de la niña, todo junto, y con los problemas que la familia podrá tener después durante
la adolescencia de la niña, por no tener su habitación individual, y lo que es la
habitación del bebé, era el costurero.
La actual habitación está ahora
distribuida de la siguiente forma.
Primero, la habitante de esta
sala, la niña.
Antes de seguir, indicar que prácticamente
todo lo que se verá en las siguientes fotos, ha sido realizado o de scratch, o
modificado de la pieza original, como por ejemplo la niña, que venía con un
vestido actual, que si mal no recuerdo, era incluso un pantalón tejano, por lo
que toda la ropita esta realizada enteramente desde cero.
La casa de muñecas, como se
comentó en su día, es un regalo de mi hija pequeña, de cuando fue a Londres de
viaje. Le hizo mucha gracia regalar una casa de muñecas para una casa de
muñecas.
Como es lógico, a la habitación
se accede por la escalera desde el piso inferior. El diseño de la casa es el
que es.
La mesita de juegos de la niña,
toda una declaración de piezas hechas a mano por mi mujer: la mesita, la tela
que lo cubre, las piezas que hay sobre ella, la muñeca, la silla de la muñeca.
El mueble realmente es de un
jugo de muñecas de plástico, de las que vendían de bajo coste para que los padres
los comprásemos para que los niños maleducados se callasen. Realmente no sé de
donde salió esta pieza, pero los colores rojos azules y rosas del original,
eran terriblemente hortera. A esta pieza se le añadieron los pomos rosas con
abalorios y los dibujos de los adornos
de las flores del mueble, fueron sacados de internet.
Todo el conjunto, tanto en
colores como en telas, fue escogido por mi mujer, como si realmente fuese una
habitación de una persona real. Con ello se consigue una conjunción agradable a
la vista.
Los osos son muñequitos que a
veces ha encontrado en los encantes, tirados por el suelo o entre montones de
juguetes rotos, a costes de céntimos. Otras piezas que se pueden encontrar en
la habitación son sacadas de juguetes que teníamos de cuando las niñas eran muy
pequeñas, que en vez de tirarlas, las guardamos (el síndrome del maquetista,
que se le va a hacer), y una vez arregladas puedan servir para la casa.
Como ya comenté anteriormente,
la cama no es otra que la que se podía encontrar a montañas en las tiendas de
suministros asiáticos, a razón de 60cts, la pieza. Con esta pieza podíamos
encontrar mesas, sillas y armarios. Hace años nos quedamos sorprendidos como en
una tienda de miniaturas vendían estas piezas, repintadas igual como ha hecho
mi mujer, y puestas a la venta entre 60 y 120 euros la pieza.
Francamente, ya sé que el hobby
de la casa de muñecas es algo caro, pero coger una pieza que aparecía en unos
fascículos de hace años, pintar encima del color crema horroroso en color
marrón, sin texturizar ni intentar que parecieses madera, y cobrar 100 veces
más lo que costó, pues no me parece bien, francamente. Si una pieza de estas se
recupera, se texturiza para que parezca madera, se pinta adecuadamente, se
envejece la madera y los metálicos, cobrar entre 20 y 30 euros, por el tiempo
que se ha gastado en hacer este trabajo (entre 2 y 4 horas de trabajo,
dependiendo del nivel del artesano), me parece bien. Incluso si esta cama, aun
costando originalmente 60 céntimos, después de trabajarlo bien (no sólo “repintarlo”
y ya está), se quiere incluso cobrar esos 30,- €, aunque lo veo caro, puedo
llegar a entenderlo, pero no 60,- €, o el armario, pintando encima del espejo
con el mismo color marrón, ¡¡¡¡120,- €!!!!, no, no puedo llegar a entenderlo. Es bien cierto los artesanos debemos hacernos
valer y cobrar correctamente por nuestro trabajo. Pero hasta cierto punto. Un simple
armario de plástico cobrarlo a 120,- €, cuando la casa, a falta de pintar y
arreglar, me costó 80,- € (si, una auténtica ganga, francamente), pues lo veo
muy descompensado, francamente.
Aquí podéis ver mejor la cama en
cuestión.
La cama original es esta:
A la habitación también se le
incluye una alfombrilla en la que se han puesto unos zapatos, tirados de
cualquier manera como podemos encontrarlo en cualquier habitación de niño, sea
de la época que sea.
Indicar que estos zapatos son realizados con masilla tipo Fimo, como la gran mayoría de cosas que hace mi mujer.
La cabecera de la cama, lo he
dejado para el final, ya que es lo primero que se ve al ver la habitación y lo
que más da personalidad a toda ella.
Una de las piezas es un
juguetero lleno de muñecos. Estos, en su mayoría, son como los ositos ya
comentados antes, unos son juguetes guardados de cuando mis hijas eran
pequeñas, otros encontraos en las tiendas de suministros asiáticos, otros en
los Encantes (en Barcelona, El Rastro en Madrid). La muñeca fue todo un cúmulo
de casualidades, pero diremos que es totalmente de Scratch. La cabeza es un
abalorio que ya venía así pintado (lo dicho, casualidades de la vida) y el
cerdito gris, creo que es la el muñeco de peluche de un juego de “ositos” de
los años 90 o 2000.
El libro de cuentos.
Por internet podemos encontrar
muchísimos recortables de libros, álbumes de fotos, álbumes de sello (ver el
comedor), cuadros, cuentos de época, cuentos modernos troquelados, etc, etc,
etc. Sólo tienes que conectarte teclear en el buscador “recortables casita de
muñecas” o “paper model 1/12”, por poner algunos ejemplos, adquirir papel entre
20 y 60 gr., tener una buena impresora de tinta (o simplemente que imprima en
color sin muchas manchas) y se puede tener auténticas virguerías y filigranas
para la casa de muñecas. Personalmente gastarme por esto mismo entre 8 y 30
euros por álbum, cuento o cuadro, lo encuentro extrañamente caro. Pero siempre
nos podemos encontrar a gente que no le importe y, por no buscar, es capaz de
pagar eses precios.
Como decía un gran Gurú del marketing
moderno “el precio de las cosas es relativo, siempre que encuentres a gente que
quiera pagar de más por ello”.
Espero que esta habitación os
haya gustado como todo lo que ha hecho mi mujer en la casa. Yo sólo aconsejo, y
enseño unas pocas cosillas.
Saludo.
Salva Rosselló.
(Y Marie Jo, por supuesto!).
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