Como el aerógrafo, aparte de utilizarlo para el color base, imprimación y poca cosa más, personalmente no sé utilizarlo al máximo de su potencial, por lo que técnicas directamente indicadas por mí, será difícil que os lo pueda decir.
Lo que si que voy a hacer es indicaros las nociones básicas necesarias para su utilización y recomendar un par de libros en los que explican como aplicar el aerógrafo en vehículos y en figuras (entre otras muchas técnicas explicadas en anteriores artículos).
Pero vayamos por partes. El aerógrafo es una herramienta que puede sernos muy útil para pintar terrenos, vehículos y figuras, de una forma muy rápida. Pero lo que se debe tener muy, muy en cuenta es que el Aerógrafo NO es imprescindible. Ello es debido a que todo el proceso se puede realizar con pincel; el aerógrafo sólo nos ayuda en la mayoría de los casos a acortar el tiempo de proceso de pintado. Este proceso se puede hacer con pincel, como he dicho, con mucha paciencia y aplicando el color base a la miniatura con capas muy diluidas de pintura acrílica. En este punto la mayoría de profesionales y entendidos en la materia aconsejan utilizar pinturas Vallejo, Andrea o Tamiya, muy diluidas, y en varias capas para obtener el resultado final deseado. También con pincel (y esto más especialmente) se puede hacer todo el ensuciado y envejecimiento del vehículo. En vehículos el aerógrafo es imprescindible para la realización de camuflajes de bordes suaves; con pincel es muy difícil y laborioso conseguir ese efecto.
Existen en el mercado una extensísima variedad de modelos (por no decir también de fabricantes). Básicamente se diferencian los aerógrafos en: de acción simple o acción doble, con cazoleta independiente, que toma la pintura pos succión, o integrada, que toma la pintura por gravedad, de aguja fija o aguja móvil, de boquilla fija o boquilla graduable. Aquí, independientemente del modelo y fabricante, todo el mundo está de acuerdo en que los mejores aerógrafos son de acción doble, con cazoleta integrada, con una boquilla de 0,4mm o inferior, con aguja móvil (lo doble acción).
El modelo y marca es otro asunto. MIG Jiménez, y otros profesionales más, recomienda aerógrafos de cuerpo y partes en acero inoxidable, nunca en plástico (es bastante evidente el porqué: evita oxidación y roturas). Las marcas recomendadas son el japonés IWATA, el CM-B, el taiwanés SPARMAX, el DH-102, el alemán EVOLUTION, el AB-300, o el también japonés TAMIYA, en este caso el HG-SF.
Varios ejemplos de aerógrafos recomendados.
Iwata CM-B
Iwata Revolution CR (otra opción)
EVOLUTION AB-300
NOTA: no debemos confundir aerógrafo con Pistola Pulverizadora. Este último es solamente para dar imprimación a las miniaturas. Un ejemplo claro es la pistola pulverizadora de GW, aunque existen muchas otras en el mercado, incluso por los mismos fabricantes de Aerógrafos. La diferencia de precio es muy aceptable: sobre los 25, 30,- € las pistolas pulverizadoras, y a partir de 60,- € los aerógrafos mencionados, aunque modelos sencillos con componentes de plástico, el precio puede bajar hasta los 30,- €, siendo aerógrafo igualmente (aunque su previsión de vida será muy, muy corta). Con la siguiente imagen está clara la diferencia. Obsérvese la posición de la boquilla respecto a la entrada de pintura.
La diferencia existente entre un aerógrafo de acción simple (o una pistola pulverizadora), respecto a una de acción doble, es que la de acción simple sólo se puede controlar la cantidad de aire que sale del aerógrafo. La acción doble se puede controlar la cantidad de aire y la cantidad de pintura que sale del aerógrafo, consiguiendo trazos y líneas mucho más finas.
Se debe tener muy en cuenta que cada vez que se use el aerógrafo se debe limpiar a conciencia, desmontando la herramienta y limpiando cuidadosamente todas sus piezas.
Cuando se indica “cada vez que se use”, quiere decir eso: Cada vez que se use CON UN COLOR se debe limpiar a conciencia, antes de utilizar el siguiente color. He conocido a aficionados al maquetismo que sólo lo limpiaban al terminar de utilizar todas las pinturas. Evidentemente los colores se mezclaban al iniciar el proceso de nueva pintura, con la anterior pintura, por lo que los trabajos dejaban mucho que desear.
Además del aerógrafo, se debe conseguir un compresor en condiciones, ya que de él depende la mayor parte del buen trabajo a conseguir con el aerógrafo. El tipo de compresor que más se ajusta al trabajo que vamos a realizar con el aerógrafo para las miniaturas, es el que lleva calderín, que almacene parte del aire a utilizar, y un manómetro para poder decidir la presión del aire que vamos a utilizar, que debe estar entre 1’5 y 2 bares. La diferencia de tener un compresor a utilizar las botellas de propelente es que con el compresor tendremos siempre una presión constante y estable, evitando se produzcan alteraciones en la presión que pueda estropear el trabajo. Si trabajamos con menos de 1’5 bares con el compresor o con botellas de propelente, el resultado puede ser una pintura “granulada” y un resultado tosco. Se debe tener muy en cuenta que las botellas de propelente están indicadas para pistolas pulverizadoras, diseñadas para trabajos muy básicos (imprimación, capa base,…), no para trabajos avanzados.
Los libros indicados para saber como utilizar correctamente el aerógrafo son:
Curso Pintado con Julio Cabos, de Andrea Press, que se puede encontrar en descarga gratuta, en http://www.miniaturasjm.com/userdata/docs/pintando.pdf
Y el otro, un descatalogado que todavía se puede encontrar en alguna librería especializada y podría ser que esté también en internet, es F.A.Q. de técnicas de pintado, por Miguel Jiménez (MIG), también de Andrea Press
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