jueves, 14 de agosto de 2014

[Materiales] Pinturas. Como identificarlas.



Hay gente que comenta que prefiere tener todas sus pinturas cerca de sus manos, sobre la mesa, en el alveolo que hacen los arcos de nuestros brazos.

Según mi último recuento, realizado nada más empezar las vacaciones, entre pinturas esmaltes, acrílicas, óleos, acuarelas, pasteles, pigmentos, efectos, barnices y “auxiliares”,… tengo algo más de 950 botes de todos ellos, y sin contar elementos para escenografía, como arenas, hierbas, piedras,…. Imposible de tener todo encima de la mesa. Es más lo tengo distribuido en diferentes ubicaciones, dependiendo de la cantidad de veces que los utilizo, algunos más a mano, otros más “escondidos”. Es lo que tiene no tener una habitación exclusiva para maquetismo.

Hace poco leí en FB que un inglés “ha inventado” un sistema para identificar las pinturas para cuando están en un panel de pinturas.

O guardados en los cajones.

Y es pintando de su color los tapones! 

WOW!!!!

Espera, espera, un momento, un momento… cuando tenía 15 años, hace ya 35 años de eso, todos los libros de maquetismo ya lo recomendaban, es más, algún fabricante como Decoart , en su gama La Americana, y algún otro fabricante ya ponen una pegatina con el color en el tapón. Y esto no es una recomendación anticuada, ya que he leído hace poco en un libro de maquetismo del 2008 que también lo recomiendan.

¿Y cómo lo hago yo?

Independientemente del fabricante, lo que hago es poner en la tapa el nombre de la pintura, la referencia (si la tiene) y una muestra del color que contiene el bote.








Pero en el caso de Vallejo, además añado la posición en el catálogo (ese numerito que hay al lado del logo en la etiqueta), en rojo.

Mientras que el resto de fabricantes sólo tienen el número de referencia, y así lo ordeno yo, con las pinturas de la gama Model Color de Vallejo las ordeno según la posición en el catálogo.

Pero no sólo me limito a los botes de pintura, sino que a todo embase referente a maquetismo, ya que lo tengo todo en cajones y cajas, o por la comodidad de cuando lo tengo sobre la mesa, sólo con mirar el embase tengo suficiente para poder reconocer o encontrar el elemento que estoy buscando, sobre todo cuando de un mismo fabricante tengo diferentes elementos con el mismo embase.

Es tan fácil y útil el poner su nombre en la tapa, que por lo general es clara o blanca, con un rotulador indeleble. 

Y cuando el tapón es negro, con una sencilla pegatina es suficiente.


Pero esto mismo reza para todos los embases que utilizo para maquetismo, y no sólo pintura.

Las pinturas principales, como son las acrílicas y todos los efectos que tengo (y unos pocos pigmentos), los tengo en una cajonera de 5 pisos, tal como se ve en la segunda imagen de este artículo, colocada debajo de mi mesa de trabajo, cerca para poder coger el color que deseo.. Es uno de esos muebles que encontramos en las tiendas de bajo coste, normalmente regentados por asiáticos, que pueden ser de dos, tres o cuatro cajones. En este caso es de uno de dos y otro de tres cajones, ya que son modulares y pueden ampliarse y combinarse entre ellos.

Para poder tener las pinturas bien distribuidas, en mi caso opté por colocar listones a una distancia determinada, por lo que podría caber cualquier tipo de embase de pintar de acrílicas (Tamiya, Vallejo, Americana,…).

Y una vez creados los cajones, se pasa a ordenar las pinturas. En mi caso opte por colocarlas por fabricante y nº de referencia. También se puede optar por guardarlas por tonos de colores o cualquier otro sistema que cada uno puede tener como valido.





domingo, 10 de agosto de 2014

[Herramientas] Fichas de colores.



Un compañero de maquetismo me preguntó cómo era posible que cuando me enviaba un mail, recordase de forma rápida, los colores que suelo utilizar para los diferentes uniformes que realizo, bien sea para un ejército propio, como si es para un ejército para pintar por encargo.



La solución es muy fácil, le comenté, ya que se deben utilizar fichas. Y desde mi punto de vista, fichas analógicas, tal como se ha podido ver en alguna ocasión en alguna foto colgada en este foro.



El sistema de fichas lo empecé hace muchos años, cuando se pintaba exclusivamente con esmaltes, ya que las acrílicas, aunque conocidas, eran escasas en tonos y difíciles de encontrar. Cuando llegó la época digital e internet, dejé abandonado el sistema de fichas manuales y pasé a la faceta más moderna, la digital. Pero desde que estropee un diorama por creerme que el color de la pantalla era el mismo que el que venía en el bote, decidí volver a las fichas manuales.



¿En qué consisten la fichas? Pues muy sencillo. Cuando has utilizado los colores para pintar una miniatura, pero que deberás repetirlo en más ocasiones, como por ejemplo un ejército, un terreno determinado, una casa o muro, vehículos, para que no haya incoherencias con la siguiente vez que pinte otra miniatura igual, se apuntan los colores y se añade una muestra (o la mezcla realizada), para que en las siguientes veces podamos utilizarlo. Esto es sobretodo relevante en los complementos, ya que es bastante normal ver un ejército, de la escala que sea, pero especialmente en 15, 20 o 28mm, que el uniforme en todos ellos sea igual, pero las trinchas, palas, mochilas y otros complementos (incluso la madera de las armas), que sean de colores diferentes, aunque similares. Siempre queda la excusa de aquello de que “los ejércitos suministraban equipos de diferentes fabricantes, por lo que…”. Pero seamos prácticos, no es lo correcto.



Este sistema de fichas nos permite, a la vez, anotar todo lo que queramos en ella. Yo utilizo un tamaño “normal” de fichas, 125 x 75mm, pero sé que hay pintores que utilizan fichas de 150 x 125mm, por ejemplo. Al poner la muestra del color utilizado, sea del fabricante que sea, si se nos agota el bote con la pintura, podremos encontrar otro fabricante con un color similar y aproximado que podamos cambiarlo.



Pero ¿cómo lo hago? Así:

Las fichas las tengo en un pequeño fichero (en mi caso uno que tenía de adolescente, que utilizaba para poner las sinopsis de los libros que leía, hasta que se me quedó pequeño y decidí no hacer más fichas).

Los separadores los he modificado un poco. Para mí las letras no me sirven, por lo que he cambiado el título de la solapa por el concepto que contiene esa sección. Por ejemplo 20mm Infantería USA. Aunque en este caso es para todas las escalas, el motivo de querer separarlo es por el tema del efecto escala en el color.

En el cuerpo del separador, he incluido un pequeño índice con el nombre de cada uno del juego de fichas indicando el color de cada unidad pintada. Número y título. Que después internamente lo ordene con el concepto que desee, no quita que yo quiera tener este index en  el separador, ordenado por el número inicial, que no es otro que el orden con el que he pintado alguna unidad con esos colores.

La Ficha. Antiguamente hacía fichas y fichas de cada uno de los colores que utilizaba, incluyendo sus luces y sus sombras. Pero ese formato, debido al tamaño de la ficha que utilizo, me resulto inadecuado para poder introducir información adicional.

El ejemplo siguiente, debo decir que tiene información por las dos caras. Actualmente sólo utilizo una cara, ya que me resulta más rápido poder desplegar la/s fichas y vuisualmente encontrar lo que estoy necesitando.

Como decía, el formato actual de fichas es bastante simple y consigo tener el máximo de información necesaria de forma rápida.

A parte del título de la ficha, también incluyo en la cabecera el número de ficha y el numero de orden del conjunto. En el interior, con un color por línea, se puede ver una muestra real del color, el nombre del color que el fabricante le ha puesto, el nombre del fabricante, el número de referencia del fabricante, en el caso de Vallejo, el número de “posición” que ese color está en el catálogo de este fabricante (en rojo) y, por último, para que utilizo este color.

Pero la ficha sin el apoyo de otros elementos, es un pelín escaso, por lo menos para mí. Por ejemplo, personalmente encuentro imprescindible tener una buena colección de catálogos de fabricantes de pinturas, que a la vez son sus cartas de colores, para determinar qué color y fabricante necesito. Estos catálogos deben ser lo más actualizado que se pueda, ya que pueden aparecer nuevos colores o cambiar toda la gama de colores de un año para otro. Cuando esto último pasa, suelo decidir no adquirir esos colores, ya que puede que entre bote y bote, quedarme con un color que no tendrá continuidad. Esas gamas que aparecen y desaparecen, sirven muy bien para pintar miniaturas esporádicas o de fantasía, pero más complicado para poder tener una coherencia en ejércitos de la época moderna (más o menos desde la toma de Constantinopla por turcos en el año 1453 hasta nuestros días). 

También indicar, aunque no es de este tema, la gran utilidad que tiene el tener un circulo cromático físico, como se ve en la parte superior de la foto, ya que aunque tengamos mentalmente las combinaciones, a veces te crean ciertos problemas ligar colores entre sí, si no se tiene a mano. No son caros y son muy útiles. A veces mucho más baratos que muchos de los catálogos que hay en la foto. Y si, los buenos catálogos, sobre todo los que se pueden usar como carta de colores, suelen tener que comprarse.





martes, 5 de agosto de 2014

[Escenografía] Cráteres para 2GM a 28mm




Hace algo más de un mes, me invitaron a una campaña de Battleground desde Crying Grumpies, a 28mm entre americanos y alemanes durante el verano del 44, en Normandía.

En  esta campaña en un par de escenarios para la toma de St. Lo, se necesitaban más de 50 cráteres. Como llevaba un tiempo haciendo recolección de material justamente para ello, para marcadores de obuses para 1/72, y aprovechando que estos, en 28mm son más que adecuados como cráteres de artillería de infantería entre 75mm y 105mm, me encargué de la realización de los mismos.

Inicialmente, y como había concentrado todos mis esfuerzos y recursos en la realización de la Jornada Strategic Land VIII 2014, pude ponerme dos semanas antes de la primera partida a crear estas piezas de escenografía (o marcadores, como queráis llamarlos). Francamente, pensaba que entregaría las piezas sin terminar ni registrar, pero al final, lo he realizado de forma escalonada, sin prisa pero sin pausa y, aunque no me ha sobrado demasiados días de trabajo, no me he agobiado por las prisas. Además, después de estar pintando miniaturas desde hace un tiempo, volver a la creación manual de escenografía ha sido como un “Spa” competo.

Para poder hacer estas piezas, primero escogí las tapas de tarros que he ido guardando en los últimos meses, de diferentes tamaños, así como cartones gruesos, para usarlos de bases de los cráteres.

Con el material en la mano, fui marcando uno a uno los cartones para poder hacer las bases de los cráteres. Una vez realizada esta operación esto, y con unas simples tijeras, ir recortando las piezas. Para hacer este trabajo, y teniendo en cuenta que los cartones deben ser muy gruesos para que no se comben con la humedad de la masilla y la cola, recomiendo usar tijeras bien afiladas y que tengan mango de plástico ergonómico. Las tijeras especiales de oficina, que están preparadas para cortar “lo que sea”, con mango ergonómico de plástico, es lo mejor, ya que no se clavarán lar tijeras en las manos. Dependiendo del grosor del cartón (como era mi caso), no usar cúter ni cuchillas de ningún tipo, ya que como se tiene que hacer una base curva, con estas herramientas costará mucho hacerlo.

Una vez cortadas las bases, y habiendo predeterminado que tapa iba en cada base, estas se enganchan a la pieza de cartón. Como el cartón es poroso y una vez terminada la pieza no se le debe dar golpes directos, utilizo simple cola banca de fraguado rápido.

Además de las piezas de cartón para las tapas de los embases, he creado unas cuantas mucho más pequeñas, de forma aleatoria, que después daremos forma de cráter sólo con masilla.

Otro material que usaremos, será la masilla típica y económica, que podemos encontrar en tiendas de bellas artes (Das Pronto) o en tiendas de manualidades o en suministros asiáticos (Jovi, Carioca,…).

Con esta masilla, crearemos unos “Churritos”.

Estos churritos los colocaremos alrededor de las tapas, dándole una cierta inclinación.

Y realizaremos el mismo proceso con la parte interior de la tapa.

Después de un buen rato, dos o tres horas para hacer esos 50 cráteres, los dejaré secar toda la noche.

Una vez bien secos todos los cráteres, sólo falta darle la base para continuar trabajando.

Después de darle muchas vueltas de cómo realizar el acabado final (Papel Maché, Aguaplast,…), decidí dar directamente la pintura texturada  sobre las piezas.

Ya tenemos el trabajo de creación del cráter casi terminado. Sólo falta dejar otro día más para que se seque completamente la pintura texturada.

Una vez seca, me percato que la “unión” entre la masilla y la base de cartón, se ve demasiado, aunque haya intentado disimularla con la pintura texturada. Por ello  aplico arena mezclada, la que comercializó GW hace ya mucho tiempo. Ya me ha pasado anteriormente, pero ahora ha sido la confirmación que este tipo de material, que parece absolutamente sintético, no me sirve para maquetismo, ya que dependiendo del tipo de pintura a utilizar, por una parte resbala y por otra la absorbe y cuesta mucho pintar con otro tono. Vamos, un asco, oiga!

Terminado el proceso de texturizar las piezas, antes de pintar, y dejando secar un día como mínimo (no tenía ganas de encontrarme “tierra” por toda la habitación, durante el proceso de pintado), paso a pintar los cráteres.

Los colore utilizados durante este proceso, teniendo en cuenta que me siento tremendamente cómodo con los colores de Vallejo de la gama ACRYLIC STUDIO, han sido:
-          Sombra Natural, nº 17 – Color Base General.
-          Verde Oliva, nº 48 – 1º Pincel Semiseco.
-          Naranja, nº 15 – 2º Pincel Semiseco.
-          Sombra Tostada, nº 18 – Color Base Zona Quemada por la Explosión.
-          Siena Tostado, nº 20 – 1º Pincel Seco.
-          Siena Natural, nº 19 – 2º Pincel Seco.
-          Amarillo Oxido de Hierro, nº 8 – 3º Pincel Seco.
-          Amarillo Nápoles, nº 21 – 4º Pincel Seco.
-          Carne, nº 44 – 4º Pincel Seco, solo en picos y cumbres del terreno. Muy selectivo.
-          Siena Tostado, nº 20 – 1º Lavado General.
-          Lavado Sepia, nº 73.300 – Lavado en interior del cráter.

Lo primero que he hecho es aplicar la Sombra Natural con aerógrafo, pero sólo una única capa de pintura, ya que me interesa que queden diferentes tonos, para que con las sucesivas pacas de pinturas, coja una riqueza de matices interesantes. En otras ocasiones aplico Sombra Tostada como color base, pero en esta ocasión no quería hacer tan oscura las piezas, para poder utilizarlo en diferentes tableros y frentes de los tableros de combate.
Para terminar esta primera fase, a mi me gusta dejarla bien seca.

A partir de ahora viene el trabajo más rápido, divertido y gratificante: el ir aplicando tonos a base de pinceles semisecos y pinceles secos, para ir incrementando la riqueza tonal de las piezas.

Para el primer pincel semiseco a aplicar, lo empezaré con un tono un tanto diferente a lo que muchos pensarían utilizar para un tono color tierra: El Verde Oliva. Este tono, aplicará al terreno un tono verdoso, tal como lo podríamos encontrar en la realidad, ya que al levantar tierra, por muy seca que parezca en la superficie, siembre existe vida verde por debajo.

Ahora le toca otro de los tonos aparentemente atípico para un terreno: El naranja. Si deseamos realizar un terreno ligeramente rojizo, bien por exceso de hierro, bien por demasiado arcilloso, dar otro color menos intenso, lo que hacemos es oscurecer el terreno, pero no lo dotaríamos del tono rojizo tan característico de la mayoría de terreno europeo.
Una vez dados estos tonos que le conferirán policromía al terreno, decido “quemar” el terreno por encima, justo donde se ha producido la explosión, pero sin llegar al negro o color demasiado oscuro. Se debe tener muy en cuenta que cuando explota un proyectil, remueve toda la tierra, lanzándola del centro de la explosión, hacia afuera, por lo que realmente no queda el terreno tan quemado como cabría esperar. Para poder ver este efecto, lo mejor es fer fotos en color de explosiones, tanto de la 2GM como de guerras más actuales.

Para poder dar este efecto “quemado”, usaré Sombra Tostada bastante diluido, para que quede transparente, y aplicado con aerógrafo, para delimitar las zonas, pero quedando difuminados los bordes.
Y el conjunto queda de la siguiente forma.
Ahora le toca el turno a los pinceles secos.

Primero aplicaremos Siena Tostado sin incidir mucho, para apagar un poco el Sombra Tostado, sin abandonar el toque rojizo que deseo darle al terreno.

De momento los cráteres se ven más oscuros y rojizos de lo que en principio desearía, pero es normal, todavía estamos a mitad del proceso.

Por ello aplicaremos Siena Natural, aclarando ligeramente todo el conjunto.

Pasamos a utilizar el Amarillo Óxido de Hierro. Este color puede ser sustituido por Ocre Amarillo. Su función es aclarar bastante el texturado de la pieza.
Y ahora le toca a los dos pinceles secos más claros, los que nos dará enseñará el texturado más pronunciado y las piedras más grandes.

Primero usaremos el Amarillo Nápoles.
Y  el color carne. En este caso es muy claro, por lo que nos servirá para dar las luces más intensas de cada pieza.

Aunque parezca mentira, los colores carne son muy adecuados y perfectos para el pintado de terrenos, ya que poseen un tono marrón pálido y, como nó el tono rojizo perfecto para cada terreno.

Para darle las sombras a estas piezas, además, es imprescindible hacer unos lavados.

El lavado se consigue diluyendo una pequeñísima cantidad de pintura son mucha, mucha agua. Como dice un amigo, “los lavados para sombras debe ser como agua sucia: mucha agua y poco pigmento”

El primer lavado a aplicar será el que se realizará utilizando nuevamente el Siena Tostado. Este se realizará de forma general a toda la pieza. Al ser un tipo de marrón rojizo, se consigue incrementar el efecto arcilloso del terreno, pero sin dar el aspecto totalmente rojo que el naranja nos daba inicialmente.

El segundo y último lavado, con Lavado Sepia, sólo lo aplico en las zonas que ya había determinado como “quemadas” por la deflagración del explosivo del obús.
Ya tenemos casi terminados los cráteres.

Ahora sólo resta añadirle detalles, como por ejemplo efecto aguas tranquilas (Vallejo 26.230), en una quinta parte de los cráteres. Esta se aplica con una finísima capa de este producto, dando la sensación de agua encharcada. Si se aplica cuando el lavado sepia está todavía fresco, se consigue que el efecto agua parezca turbia.
Ya sólo nos falta barnizar, aplicar pigmentos, retocar el agua y colocar algo de plantas (hierba quemada), en algunos puntos fuera de los cráteres, pero esto lo comentaremos un poco más adelante, ya que estas piezas en estos momentos, se están utilizando para la campaña comentada que estamos realizando sobre Normandía, y hasta finales de agosto no recuperaré los cráteres.

Saludos.
Salva.



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