Hoy
toca volver a comentar el tema de la casa de muñecas. Esta vez de la otra
habitación de la planta de abajo; la cocina.
Inicialmente,
después de empapelar, se pasó a rellenar el interior de la cocina. El principal
problema empezó con lo que realmente se tenía, y el precio que tiene todo para
poder empezar a rellenarlo.
Pero
con imaginación y tener la vista entrenada en el maquetismo, cosa que por fin
he inculcado a mi esposa, se van consiguiendo cosas sin necesidad de pagar grandes
precios por ello. También indicar que hace un par de años, en el 2011, un
fabricante de mobiliario de casas de muñecas, de calidad media, cerró, por lo
que (no se todavía por qué), las tiendas de maquetismo pusieron de saldo las
piezas que tenían en stock. Y lo primero que conseguimos fue la pica de
cerámica a precio de locura (no creo que
ni llegase a 3 ,- €). El resto, buscando y encontrando, en especial en la fira
de Sta. Lluçia, en Barcelona, que por navidades se ponen delante de la catedral
para vender objetos para los belenes, se pueden encontrar autenticas
preciosidades a precios muy, muy asequibles, como la cocina de resina de estilo
victoriano, que con un poco de pintado, ha quedado como las que venden carísimas
de metal (y las puertas de abren y todo!!).
Mi mujer decidió que los muebles de la cocina deberían ser verdes, ya que
en más de una ocasión, en fotos por internet, los muebles de cocina de esta
época eran de color madera oscuro o verde. Y yo mismo recuerdo haber visto
casas muy antiguas, tanto en Barcelona como en los alrededores, con estos
colores.
Una vez
pintados los muebles y adecuados los elementos adquiridos en muchos sitios y adaptados
para el tema, el resultado empieza a ser el de una cocina, con incluso algún
toque personal “de la cocinera”.
La
última adquisición, que en las fotos se pueden ver, es un barril de plástico
con grifo, muy bien detallado, que es de un juego muy antiguo de nuestras
hijas, de los Clic de Famobil, que una vez pintado, parece realmente de madera
y metal.
Pero se
pueden ver más detalles de artículos que hemos ido adquiriendo en sitios a veces
absurdos y elementos que explicar de donde son es difícil de creer, como la chocolatera
de la mesa, que realmente es un pendiente.
Aquí un detalle de la cocina,
como ya he indicado de resina y para belenes “de época”, que pintado
convenientemente parece a los de metal que se venden al caso.
Espero
que os haya gustado esta nueva entrega.
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