miércoles, 24 de septiembre de 2014

[Herramientas] Mantenimiento de pinceles. Limpieza final de pinceles.



La limpieza propia del pincel, como hacerlo y como conservarlo, ya lo explicaré en breve, con algo más de tiempo que hoy.



Lo que sí que haré es explicar como he realizado una herramienta rápida y fácil de hacer, muy necesaria, y que llevo demasiados años sin hacerla. La almohadilla de limpieza de pinceles.



El motivo de hacerla es que en estos momentos estoy usando una pintura muy pastosa que hace grumos al salir del bote, por lo que tengo que diluirla bastante y, aun así, los grumos se meten entre las cerdas del pincel que es un contento, estropeando el pincel.



Esta herramienta ya me explicaron que debía hacerla para cuando usase pinturas acrílicas y acuarelas, en especial lanolinas, para evitar que la pintura se seque entre las cerdas y estropee demasiado pronto los pinceles (Uff!!, de esto ya hace 32 años, cuando estaba en La Massana… anda que no ha llovido ni ná!!).



Este limpiador de pinceles, creo que ya lo habréis visto muchas veces por internet, incluso por gente que lo construye sin tener ni idea del porque, sólo porque otro lo ha hecho.



Cuando pintamos, no debemos llenar de pintura todo el pelo del pincel, sino sólo la punta y, como mucho, hasta la mitad del mismo. Esto es para evitar que la pintura no llegue a la base del los pelos, allí donde empieza la parte metálica del pincel.



Tal como vamos mojando el pincel con la pintura, esta se va depositando entre las cerdas del pincel, que es el “depósito” de pintura con la que pintamos. Si esta pintura se seca entre las cerdas, es sumamente difícil de eliminar, por lo que es la principal causa de deformar la forma del pincel, separando las cerdas entre si, por lo que el pincel se convierte en inservible. Evidentemente si esta Pero con un buen cuidado, este pincel puede que tarde mucho en deformarse, en ser inservible, siempre que tengamos muy en cuenta como se utiliza realmente el pincel y con un mínimo de cuidad y mantenimiento de esta herramienta. Y uno de estos mantenimientos es esta herramienta.



Un pincel que tiene las cerdas separadas por pintura seca entre las cerdas, todavía puede ser recuperable, si no ha pasado mucho tiempo, ya que se puede llegar a eliminar esta pintura por métodos que ya explicaré en otra ocasión. Pero si la pintura se seca dentro de la parte metálica del pincel, las cerdas se separan, al separarse, estas aprietan de más contra el borde del metal, por lo que con la fricción del proceso de pintado, acaban por cortarse y caer. El reparar pinceles en el que la pintura ha entrado en la parte metálica y se ha dejado secar dentro, hace que la recuperación de este pincel sea imposible.



Pero para no tener que llegar a este extremo, lo mejor es que después de cada vez que utilicemos un pincel (cambio de color, finalización de la sesión de pintado, acumularse grumos en las cerdas,…) es no sólo recomendado, sino casi obligado, realizar un mínimo de mantenimiento en los pinceles. A parte de limpiar a conciencia el pincel, eliminando los restos de pintura mediante la disolución del mismo en agua (voy a seguir hablando de acrílicas exclusivamente, ya que esta herramienta que os presento es para este tipo de pintura), la eliminación de los restos con un soporte que no deje pelo, polvo o partes de el mismo (yo para la limpieza de pinceles siempre utilizo un trapo de algodón), frotando entre los dedos y el trapo, con vigor pero con dulzura y cariño. Pero después llega el momento de eliminación total de los microgrumos que puedan haber quedado entre los pelos (que siempre quedan, debéis creerlo), llega el momento de utilizar un poco de desengrasante para hacer que estos no se adhieran al pelo y salten del pincel.



Para la limpieza de los pinceles, es no solo recomendado, sino casi obligado, el utilizar un soporte que no deje restos, como he indicado. El papel de celulosa (no periódico), como el papel de wáter y el papel de cocina, son perfectos y casi imprescindibles para eliminación de pintura sobrante de los pinceles, para cuando se utilizan diversas técnicas secas, como el pincel semiseco tan utilizado o el conocidísimo pincel seco y poco utilizado correctamente, o para eliminar excesos de pintura en técnicas húmedas, como en los lavados y otras. Pero para la limpieza final, al humedecerse, siempre deja partes de ella, al deshacerse (recordemos que estos papeles son biodegradables en demasía), por lo que estas partes que sueltan los papeles queda entre los pelos del pincel, por lo que es peor el remedio que la enfermedad. El papel al secarse, se endurece muchísimo, incluso siendo micropartículas. ¿Quién no ha hecho papel maché con papel de wáter y sin cola, y al secar es duro como él sólo? Pues en el pincel pasa exactamente lo mismo. Y si a esto le sumamos los disolventes que llevan las pinturas (las acrílicas poseen sus propios disolventes incorporados entre los pigmentos… Y no sigo, ya que no tengo ganas de dar una clase de química elemental de las pinturas).



Lo dicho, lo casi único a utilizar es la tela de algodón. Y si es al 100% algodón, mejor todavía. Yo conozco pintores (de los de cuadros) que trabajan casi en exclusiva con acrílicas, que compran toallas de algodón de pelo corto para estos menesteres.



El algodón no es agresivo y nos permite limpiar con decisión un pincel, sin que se nos deshaga el soporte limpiador entre los dedos. Pero cuidado, las telas sintéticas es una lija para los pinceles, por o que se debe mirar siempre la etiqueta. Hace años me paseaba por las tiendas de deporte, como Decatlón, y compraba camisetas de talla XXL, que por un miserable euro, tenía metros y metros de algodón puro para limpiar pinceles. Aunque mi mujer esto no llegó nunca a entenderlo: comprar camisetas blancas para cortarlas en cuadraditos. Ahora que le he hecho entrar en el lado oscuro, digoooo… en el precioso mundo del maquetismo (y si no ved lo que hace las cosas para las casas de muñecas), ha sufrido en carnes lo que os digo y por fin entiende lo de usar tela de algodón.



Si probáis la tela de algodón para limpiar los pinceles, durante una temporada y no sólo un día, os daréis cuenta de lo que digo y no querréis cambiarlo ya nunca más.



Pero a lo que íbamos, a la herramienta para el mantenimiento final de pinceles.



Para hacer esta herramienta sólo he necesitado una caja de plástico (en mi caso cerrada para guardarla después de usar), una esponja sintética, comprada en mi suministrador oriental habitual, y un cutter.
Lo primero que he hecho es cortar la espuma para que encaje dentro de la caja. Con poner la caja encima de la espuma y con el cutter cortar el sobrante, es más que suficiente. No es un trabajo de ingeniería. Después de haber trabajado muchas veces cortando espuma, recomiendo el cutter antes que las tijeras, ya que el corte de este último no es recto, ni en longitud ni en profundidad.

Una vez comprobado que la espuma encaja bien en la caja,

he elegido partir en dos la espuma. 

El motivo por ello es múltiple. En el caso de que la espuma se llene de pintura y no podamos eliminarla, o que se desgaste con su utilización, tendré cuatro caras, y no dos, para poder intercambiarla. Y porque si lleno de agua la espuma, conseguiremos que la de encima siempre esté húmeda y no empapada, mientras que la de abajo es la que se lleva todo el sobrante de agua.
Después de poner agua en la herramienta, le toca poner el desengrasante. Para ello colocaremos simplemente lavavajillas, a ser posible del tipo concentrado (no podemos decir marcas, como fairy, ya que no nos pagan para ello). Y sobre todo POR FAVOR, no utilizar esas marcas tan baratas que podemos encontrar en los suministradores orientales, ya que en cuanto pasa menos de media hora, ha perdido el poder desengrasante y jabonoso del producto, por lo que deberemos poner nuevamente y… poniendo continuamente este desengrasante, estropearemos la esponja y tendremos que comprar una nueva y a realizar de nuevo el proceso de adaptación de la misma. No seamos roñicas, que a la larga siempre nos sale más caro y, de la misma manera que nos gastamos dinero en pintura y en los pinceles que compramos de unos 4,- € el pincel como poco. Lo ideal sería que nos comprásemos un juego de dos o tres pinceles de pelo de marta de Kolinsky, que sólo el de unos 9,- € dura cinco veces más que otros pinceles, y siempre pintas como si estrenases un pincel cada día.

Como, ¿que los pinceles que compráis son de menos de 2,- €? “fuera de mi iglesia”.

(Ver el chiste viral de internet para entenderlo…).

O traduciéndolo: no sigáis leyendo, ya que el pincel de menos de 2,- €, por mucho que le hagamos un mantenimiento y lo mimemos con esta herramienta, los pelos se caerán igualmente y se deformará prácticamente sólo; por eso cuesta menos de 2,- €.
Con poner unas pocas gotas de jabón desengrasante un la esponja húmeda, es más que suficiente para que tengamos un poco de espuma, suficiente para lo que tenemos que hacer.


Recordar que aunque debamos poner agua a la esponja de forma más seguida, sólo con frotar la esponja un poco, el poder desengrasante jabonoso, vuelve a aparecer (menos en los lavavajillas baratos, que como he indicado, cada media hora hay que ir poniendo, y en el mejor de los casos, cada vez que usamos esta herramienta).
Ya está preparada mi herramienta de mantenimiento de pinceles; del mantenimiento más constante.
¿Cómo se usa esta herramienta? Como ya he indicado antes, después de eliminar la pintura del pincel, o lo que creemos que hemos hecho, pasamos el pincel por la esponja, haciéndolo girar sobre sí mismo, mientras lo desplazamos a favor del pelo.
Una vez pasado sobre la esponja un par de veces, se secará el pincel suavemente en un trapo de algodón. Si esta operación no se ha realizado nunca con el pincel, (y no me refiero a pincel nuevo), con que el proceso de desengrasado lo hagamos 6 ó 8 veces es más que suficiente. Después, con que lo hagamos 1 vez por cada cambio de color y unas 2 ó 3 veces al finalizar completamente la utilización del pincel, es más que suficiente.

Al volver a utilizar el pincel, si no nos fiamos de que el jabón ha desaparecido del pelo del pincel, con agitar el pincel en un recipiente de agua limpia, es más que suficiente para eliminar todo rastro del desengrasante.

Y al final, se guarda como toda herramienta, para no estorbar a otros procesos que se realicen.
Espero que, como siempre, este artículo os haya gustado.
Y si te gustó, ¡compártelo! 
 

1 comentario:

Artículos Más Vistos

TALLER PINTADO DE PIELES EN DAU 2024

  El pasado 16 de Noviembre, dentro del marco de las jornadas DAU Históric 2024, realice una masterclass de como pintar pieles a nieve básic...