viernes, 7 de febrero de 2014

[PdA - Escenografía] Terreno de Tela – 4



En la anterior entrega comenté que ahora tocaría hacer el camino.

Pues no va a ser así, ya que después de ver el resultado de cómo me había quedado el tapete, realice unas consultas y todos coincidían en lo mismo: se veía demasiado “peluche”.

En este par de fotos, con miniaturas de 28mm, se verá a que me refiero, ya que más que un terreno abandonado con plantas altas, perecía un “montón de pelo”.


Esto justamente no es la intención de este trabajo, sino parezca un terreno de hierba y no “de pelo”.

Por ello me puse durante prácticamente toda la tarde a rebajar la altura del pelo, mucho más de lo que lo hice la vez anterior, para que empezara a parecer plantas altas.

En esta ocasión, para que no se me llenase la casa de pelo, como me pasó en la anterior ocasión, fui cortando el terreno por zonas y al terminarla, cardando el pelo suelto.

En esta otra fotografía se puede apreciar la diferencia entre los lados del camino.

Una vez realizado el trabajo de rebaje y cardado del exceso de altura del pelo, el resultado empieza a ser muy aceptable. Aquí podemos ver la miniatura a pie, en medio del camino, todavía con el pelo liso del cardado, pero el resultado empieza a verse algo diferente.

Y en la siguiente, que sería más comparable con la primera puesta en este artículo, se puede apreciar la notoria diferencia entre la altura del pelo que había antes y como está quedando ahora, ya que esta no queda oculta tras el pelo.

Lo mismo pasa con la miniatura montada a caballo, que en el camino, en el mismo tramo que en la foto de la miniatura a pie, se ve muy bien el trabajo realizado.

O en medio del prado, en una zona que pinté de verde, que al estar rebajado también, el efecto de hierba empieza a verse muy claro.
El recorte realizado no ha sido poco, francamente, ya que he vuelto a llenar una papelera completa de pelo. Bueno, sería el equivalente casi a una vez y media lo que saqué la vez anterior.

En la foto se puede ver la papelera llena, una vez finalizado el trabajo de rebaje y cardado. Hay que tener en cuenta que cada vez que llenaba hasta arriba la papelera, la apretaba para poder seguir llenándola, por lo que al final, la bolsa de basura estuvo más llena que la vez anterior.

Y como el resultado de color tampoco llegó a parecerme el correcto, el siguiente paso será pintar todo el tapete de ocre claro. Bueno, menos lo pintado de verde y de hierba muy corta, de la vez anterior, que no hará falta… pero eso sólo es el camino y un par de zonas “calvas” del terreno. Ni el 10% de lo hecho.



Lo que está claro es que debo cambiar la gama de colores a usar y empezar a trabajar más como si fuera terreno “rígido”, más a mi estilo, y dejarme de las tonterías que he leído por internet sobre este tipo de trabajo, ya que parece ser, como pasa muchas veces, que los “maestros” no ponen todos los pasos realizados, para dejar un componente de “misterio” o de buen hacer en sus obras… Cosa que nunca he compartido, francamente.



Por eso, la próxima sesión de trabajo que voy a tener va a ser “de abajo a arriba”; del color tierra de la base, al color paja y hierva de las plantas. Aunque no creo que vaya a ser tal como hasta ahora he hecho mis terrenos, ya que preveo que la técnica deberá ser muy diferente.


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