Pincel y Masilla Studio: [PdA - ESCENOGRAFÍA] Muro de Cementerio de GW

sábado, 19 de marzo de 2016

No toda la oxidación es de color rojizo (ver http://pincelymasilla.blogspot.com.es/2014/05/oxidos.html), por ello hay que oxidar en verde todo lo que se ha pintado de color bronce.

Pero esta oxidación tiene que ser leve, no exagerada, ya que debe verse el color bronce de fondo.

Y para ello recurriremos a elementos de bellas artes: óleos y pigmentos.

El color no importa en exceso, pero que debe terminar con color verdoso, es muy claro. Si fuese latón lo que se estuviese representando, el color sería azulado (el color denominado verdín sería perfecto, ya que toma este nombre del tono verde-azulado del óxido del latón).

Yo he utilizado lo siguiente:

- Óleo Verde Permanente (Mir 25A).

- Óleo Tierra Verde (Titan 97).

- Pigmento Verde de Crom (de la tienda de Bellas Artes Vicenç Piera).

Primero realizaré con una pizca de óleo Verde Permanente, un lavado. He escogido este color tan subido de tono, para que desde una distancia resalte rápidamente el óxido verde de los bronces y cobres. Con el lavado fabricado, lo aplicaré en los laureles, en los dibujos de las tumbas y sólo en la esfera del símbolo de sigmar.

En los laureles que están en la pared de la entrada principal del cementario, rebajaré un poco más el lavado, para aplicar una aguada por la parte inferior de estos, a modo de depósito de óxido en las oquedades de la piedra del muro.

Cuando esté bien seco (un día como poco) aplicaré el Tierra Verde. También utilizaremos una pizca de óleo bastante rebajado en diluyente, ya que debemos hacer chorrotones en todo lo que tengamos de color bronce. Después, y no hace falta que estén demasiado secos los chorrotones (un par de horitas es suficiente), rebajaremos aun más lo que nos ha quedado del lavado de color Tierra verde, ya que ahora debemos crear un filtro. Con este filtro debemos enmascarar el verde anterior (enmascarar, no eliminar o “sepultar” en este nuevo color) y aplicar un tono ligeramente verdoso a todo el alrededor de todo lo que haya de colore cúpricos.

De momento el resultado es el siguiente.

Ya tenemos el tono más o menos correcto del óxido cúprico. Ahora nos queda aplicar la textura “polvorienta” del óxido, y que en el bronce no es una excepción, sino una característica. Y para ello aplicaremos generosamente el pigmento verde. El exceso de este añadido “generoso” lo eliminaremos con un pincel humedecido en diluyente. Si al eliminar el pigmento este lo arrastramos accidentalmente hacia las ranuras y oquedades de la piedra, mejor todavía.