A finales de noviembre, mi compañera Marie José, me comentó que el árbol que le hice en julio de 2016, con hojas secas de ciprés, estaba empezando a perder las hojas.
Por ello, durante nuestra visita anual a la Fira de Santa Llúcia, feria anual del belenismo desde hace más de 200 años, adquirió musgo, similar al noruego, para cambiar las hojas caídas.
Y el cambio no ha sido tan raro como inicialmente parecía que así iba a ser.
Cuando se terminó de construir el árbol, quedó muy realista.
Y ahora, con el musgo, también queda realista, aunque con un aspecto diferente.
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