sábado, 8 de noviembre de 2014

[PdA - 28mm] 2º Cañón Finlandés – Y Tercera Parte



En esta tercera y última entrega de este trabajo, toca la creación de la peana y el montaje de las minis en ella.

Lo primero es preparar la peana para la viñeta que queremos representar. Para ello se ha utilizado una peana baja de diámetro 60mm. 

Y para esta ocasión, en vez de usar el sistema de creación del suelo a base de masilla de Vallejo de arenisca y pigmentos, voy a utilizar la masilla, también de Vallejo, de Tierra Oscura, que el resultado es el mismo que el resultado de color es el mismo que en el anterior trabajo. El sistema del anterior cañón es para pigmentar la masilla con colores desde cero, y este la base de marrón oscuro ya la tenemos. Está claro que sobre esta masilla podemos pigmentarla con el tono que queramos, por lo que el cambio de tonalidad y la posibilidad de crear diferentes tonos cromáticos con ella, empieza a ser patente, pero eso lo experimentaremos en otra ocasión.   

Y como tengo unos cuantos botes idénticos, recordemos que identifico en la tapa el contenido del mismo, sólo por temas de búsqueda rápida.

Se extiende la masilla de forma irregular por toda la superficie de la peana, utilizando una espátula, como es mi caso, pero se puede hacer con la mano, con un pincel o con un trozo de madera.

Utilizaré la rueda de jeep de escala 1/35 que usé en la pieza anterior, para marcar el arrastre del cañón. Para ello pondremos esa rueda montada en un palillo, para poder hacerla girar cómodamente sobre la masilla.


Y, antes de secar, marcaremos donde irá el cañón en la peana.

Y aprovecharemos para integrar el cañón con el terreno, añadiendo masilla a modo de barro en los bajos del faldón del mantelete del cañón, y en las ruedas. Este proceso se realiza con el cañón terminado de pintar, por lo que mientras pintemos el terreno, aprovecharemos para pintar el barro enganchado, lógicamente.

Si os digo la verdad, este efecto es rápido de hacer, no consume casi tiempo y el efecto final es sorprendente.


Como la peana queda bastante “pobre” para mi gusto, ya que deseo dar el efecto de terreno embarrado pero seco, algo diferente a lo conseguido en el cañón anterior, decido añadir unas cuantas piedras al terreno. Para ello echo mano del bote de piedras naturales que tengo. 
El motivo de llamarle “Piedras Naturales”, es porque son “de cosecha propia”. Es decir, que no han sido compradas en ninguna tienda de material ferroviario, sino que son las piedrecillas sobrantes del cribado de tierra que de vez en cuando me dedico a recoger en la montaña. Cuando recojo arena de playa, las piedras que me sobran las pongo en un bote denominado “cantos rodados”, ya que estas para lechos de ríos, van de fábula, por tener todas las aristas redondeadas por el efecto del agua.

Pero en nuestro caso, necesito piedras con aristas más “duras”. 
Cojo al azar unas pocas y las coloco sobre la masilla aun sin secar. Si la capa de masilla fuese suficientemente espesa, las piedras quedarían integradas y bien enganchadas en ella, sin necesidad de usar cola. Pero como la capa de masilla usada es liviana, más tarde tendré que ir enganchando la mayoría de las piedras que van saltando, en especial las de tamaño más grande, las que más pesan. Para enganchar las piedras, poco porosas, con la masilla plástica nada porosa por ser totalmente sintética, usaré cianocrilato para ello. Un día de estos explicaré para que es cada tipo de adhesivo que hay en el mercado… y porque a unos se les llama colas y a otros pegamentos.
Una vez seco, se pinta con los tonos que deseemos. Ahora no os voy a poner los colores usados, ya que han sido los mismos que para el cañón finlandés anterior, para tener una homogeneidad de conjunto.
Solo indicar que cuando se trabaje con peanas relativamente grandes, no se debe en ningún caso dar capas uniformes de pintura, bien sea en capas de pincel semi seco, como de pincel seco, siendo esto la creencia más extendida y, por consiguiente, el error más común en la creación de peanas y terrenos. Se debe insistir más con el color que se use en unas zonas que en otras. Y es por ello que se puede observar tonalidades más claras y otras más oscuras. Si observamos en la naturaleza, en un mismo terreno de unos 3 x 3 metros, pasa exactamente lo mismo, el suelo no tiene un tono uniforme, ya que está compuesto de multitud de minerales y estos se han descompuesto en zonas, o han sido arrastradas hasta allí por el motivo que sea (lluvia, viento, ser humano,…)
Una vez terminado de pintar y el cañón enganchado en su posición, se procede a enganchar las minis en la posición deseada.



Podríamos decir que el trabajo está terminado, pero todavía falta “vestir” la peana.

Para ello utilizaré unos pocos elementos diversos, para poder dar una sensación de caos en el terreno, tal como pasa en la naturaleza
Para ello usaremos lo explicado en artículos anteriores: microflock, césped electroestático pero en dos tonos diferentes, mezcla de flock y electroestática de efecto pantanoso y matojos de electroestática blanquecina.

En comparación de la peana del cañón anterior, deseaba darle mucho más colorido, como si estuviese en una zona en el que la primavera a estallado en todo su esplendor.
Y el resultado final, con todo el caos de la naturaleza, es el siguiente.




Recordar que para que el efecto sea visualmente atractivo, nunca se debe cubrir completamente la peana con hierbas y plantas, que aunque así nos lo podemos encontrar en la naturaleza, pero el ojo humano relaciona mejor a la armonía entre la combinación de tierra y plantas.

Sólo usaremos un “exceso” de plantas, cuando tengamos que camuflar alguna miniatura. Pero en ese momento, no será atractivo para el ojo humano, ya que las miniaturas deben verse a la primera, no que sea difícil verla.

Y como he comentado antes, el barro que se ha enganchado en el cañón, en la fase inicial de creación de la peana, una vez pintado queda de la siguiente forma.

El integrar las plantas con cola muy diluida, aunque tarda en secarse más y no puedes eliminar el exceso hiervas de inmediato, se consigue un efecto muy interesante, como el que las plantas estén más levantadas y no tan apelmazadas. Y si además utilizamos hierba electroestática larga, de la denominada de 6mmm, el efecto, por lo menos para mí, es muy satisfactorio (“brutal” lo ha denominado un compañero). Pero eso sí, sobre gustos, no hay disputas.

Y si el trabajo os ha gustado, espero que lo compartáis.

Saludos.
Salva.

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